Por Armando de la Garza
Acapulco, Guerrero – En el corazón del famoso puerto turístico de Acapulco, la Virgen de la Roqueta se erige como un emblemático símbolo de devoción y esperanza para miles de creyentes. Esta imagen mariana, que se encuentra en la isla Roqueta, atrae no solo a turistas, sino también a fieles que llegan para rendir homenaje y agradecer por los favores recibidos.
La historia de la Virgen de la Roqueta se remonta a principios del siglo XX, cuando un grupo de pescadores decidió construir un pequeño altar en su honor. Desde entonces, la devoción ha crecido, convirtiendo a la isla en un lugar de peregrinación. Cada año, el 16 de julio, se celebra una emotiva festividad que reúne a familias enteras, quienes participan en misas, procesiones y actividades culturales.
La belleza natural que rodea a la isla Roqueta, con sus aguas cristalinas y exuberante vegetación, añade un atractivo especial a este destino religioso. Durante la festividad, los asistentes disfrutan de danzas tradicionales, música en vivo y una variada oferta gastronómica, lo que convierte la celebración en un evento que mezcla la fe con la cultura local.
Las autoridades municipales han apoyado la festividad, promoviendo el turismo religioso y la conservación del entorno natural. “La Virgen de la Roqueta es parte de nuestra identidad como acapulqueños. La tradición se mantiene viva y atrae a visitantes de diversas partes del país”, comentó el director de turismo local.
Además, la imagen de la Virgen ha sido un símbolo de resiliencia para los habitantes de Acapulco, especialmente tras los desastres naturales que han afectado la región en los últimos años. Muchos aseguran que la fe en la Virgen les ha brindado fortaleza y esperanza en tiempos difíciles.
La Virgen de la Roqueta no solo es un ícono religioso; es un recordatorio de la unión de la comunidad, la riqueza cultural y la belleza natural que caracterizan a Acapulco. Con cada año que pasa, la devoción hacia ella crece, reafirmando su lugar en el corazón de quienes la veneran y celebran su legado.
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