Armando de la Garza/ Mexico Extraordinario
En el corazón de Coahuila, justo en la ruta que conecta Monclova con el Pueblo Mágico de Cuatrociénegas, se encuentra Sacramento, un pequeño municipio que ha ganado notoriedad por su deliciosa oferta gastronómica: los famosos conos rellenos de leche quemada, también conocidos como cajeta. Este dulce, que ha conquistado los paladares de quienes visitan la región, ha llevado a Sacramento a ser reconocida como la “Capital del cono”.
Sacramento no solo se distingue por su deliciosa gastronomía, sino también por su rica tradición cultural y folklórica. Sus calles, adornadas con historias y leyendas, son el escenario ideal para que los visitantes disfruten de un recorrido que combina el sabor y la historia. La elaboración del conito se ha convertido en un símbolo de la identidad local, un legado que se ha transmitido de generación en generación.
El conito, con su crujiente exterior y su cremoso interior de leche quemada, es un manjar que refleja la dedicación y el esfuerzo de los habitantes de Sacramento. Las familias del municipio se han especializado en la producción de este dulce, utilizando recetas tradicionales que han sido perfeccionadas a lo largo de los años. Cada bocado cuenta una historia de amor por la cocina y el deseo de compartir lo mejor de su cultura con el mundo.
Además de su gastronomía, Sacramento ofrece a los visitantes una serie de festividades que celebran su herencia cultural. Eventos que reúnen a locales y turistas en torno a la música, el baile y, por supuesto, la degustación del famoso conito. Así, Sacramento se convierte en un destino imperdible para quienes buscan disfrutar de la auténtica esencia de Coahuila.
En resumen, Sacramento, Coahuila, se erige como un pequeño gran tesoro en el mapa gastronómico de México. Su conito de leche, más que un simple dulce, es un símbolo de la comunidad, un reflejo de su historia y un motivo para celebrar la riqueza de sus tradiciones. Si alguna vez te encuentras en la ruta hacia Monclova o el Pueblo Mágico de Cuatrociénegas, no olvides hacer una parada en este encantador municipio y deleitarte con un auténtico conito de leche. ¡Tu paladar te lo agradecerá!
