Armando de la Garza
La temporada alta de turismo en la Costa del Sol, uno de los principales motores económicos de Málaga, arranca este año con sensaciones encontradas entre los hoteleros. Según las previsiones presentadas por la Asociación de Empresarios Hoteleros de la Costa del Sol (Aehcos), la ocupación hotelera prevista para los meses de julio y agosto será del 86,59% y 83,88%, respectivamente. Estos porcentajes, si bien se mantienen en niveles altos, son inferiores a los que se lograron en el verano de 2024, lo que ha encendido las alarmas en el sector.

En contraste, el mes de junio ha arrojado datos positivos, con una ocupación del 88,14%, superando ligeramente el dato del mismo mes del año anterior (87,87%). Este pequeño incremento, según destaca Aehcos, se debe fundamentalmente a la llegada de turistas internacionales, que han supuesto aproximadamente el 70% del total de visitantes, mientras que el turismo nacional ha representado el 30%. Para los meses más fuertes del verano, la previsión es que el turismo nacional crezca ligeramente, hasta alcanzar el 35% del total de huéspedes.
José Luque, presidente de Aehcos, ha mostrado su preocupación ante la incertidumbre que rodea la evolución de las reservas para la temporada alta. “Aunque esperamos un repunte del turismo nacional, la ocupación proyectada para julio es apenas un 0,07% menor que la del año pasado, pero la caída para agosto es mucho más acusada, casi nueve puntos menos en comparación con el 92,89% de agosto de 2024”, explicó Luque. El dirigente señala que factores como la inflación, la incertidumbre económica internacional y la competencia de otros destinos del Mediterráneo están influyendo en el ritmo de reservas, que este año se está ralentizando.
Destinos con mejores perspectivas
Dentro de la Costa del Sol, los destinos más demandados siguen siendo Torremolinos, Mijas y Benalmádena. Las previsiones de Aehcos sitúan a Torremolinos a la cabeza en julio, con una ocupación estimada del 94,08%, seguido de Mijas con un 93,09% y Benalmádena con un 90,26%. Para agosto, el liderazgo sigue en manos de Torremolinos, con una proyección del 93,59%, cifras muy por encima de la media provincial.
A pesar de que estos municipios mantienen su fortaleza turística, el resto de la Costa del Sol muestra una tendencia a la baja que preocupa al sector. El leve aumento de la oferta de alojamientos turísticos alternativos, como apartamentos y viviendas vacacionales, también está influyendo en el reparto de la demanda.
Más reservas de última hora y mayor incertidumbre
Otra de las preocupaciones manifestadas por los empresarios hoteleros es la creciente tendencia de los turistas a reservar a última hora. Esta práctica, cada vez más arraigada entre los viajeros, dificulta la planificación de la temporada y añade un elemento extra de incertidumbre a la gestión hotelera. “Dependemos mucho más de las reservas de última hora que hace unos años, lo que nos obliga a ser más flexibles pero también nos deja menos margen de maniobra para organizar los recursos y prever ingresos”, explicó Luque.
El presidente de Aehcos subrayó la necesidad de mantener la promoción de la Costa del Sol en los mercados internacionales y nacionales, así como de apostar por la calidad y la diversificación de la oferta. “Queremos seguir siendo un destino líder, pero para ello necesitamos adaptarnos a las nuevas tendencias del turismo y reforzar la colaboración público-privada”, concluyó.
El reto del verano 2025
El sector hotelero de la Costa del Sol afronta, por tanto, un verano lleno de retos y expectativas. Aunque los resultados de junio han sido positivos, la bajada en las previsiones para julio y agosto invita a la cautela. La evolución de las reservas en las próximas semanas será determinante para el balance final de la temporada, en una Costa del Sol que sigue siendo referente turístico, pero que este año deberá esforzarse para mantener sus cifras históricas de ocupación.