Armando de la Garza
Mazatlán, Sinaloa. A pesar de una imagen pública afectada por la percepción de inseguridad y las constantes quejas sobre la calidad de los servicios turísticos, Mazatlán registró un fin de semana con una afluencia de visitantes que los operadores del sector calificaron como “aceptable”.

Si bien la cifra no alcanzó los niveles de años anteriores, este repunte moderado ofrece un respiro para los empresarios locales en un momento en que el destino lucha por recuperar su brillo.

Durante el fin de semana, se observó movimiento en las zonas turísticas, como el malecón y el centro histórico. Hoteles, restaurantes y comercios reportaron ocupaciones que, aunque no fueron totales, sí representaron un ligero incremento significativo respecto a semanas anteriores.

A pesar de los desafíos, Mazatlán sigue siendo un destino atractivo para una parte del turismo nacional, especialmente para aquellos que viajan en coche desde estados vecinos.

Sin embargo, detrás de este aparente éxito se esconde una realidad más compleja. Las quejas de los turistas sobre el mal estado de las calles, la falta de mantenimiento en áreas públicas y los precios que a menudo no corresponden con la calidad de los productos y servicios, se han vuelto un problema recurrente.

A esto se suma la persistente percepción de inseguridad que, aunque las autoridades aseguran que los índices han bajado, sigue siendo un factor decisivo para muchos viajeros a la hora de elegir un destino.

La Secretaría de Turismo local no ha emitido un comunicado oficial sobre las cifras exactas de afluencia, pero los testimonios de los prestadores de servicios confirman que la tendencia a la baja en la calidad ha afectado la imagen de la ciudad.

El desafío ahora para Mazatlán no es solo atraer a los visitantes, sino también ofrecerles una experiencia que los motive a regresar y a recomendar el destino.

La recuperación total de Mazatlán dependerá de un esfuerzo coordinado entre autoridades y empresarios para resolver las problemáticas de inseguridad y mejorar la calidad de los servicios que se ofrecen.