Por Carina Etchegaray
Para comenzar un recorrido por la bella Patagonia argentina no puede faltar la ciudad de Bariloche, un clásico que conjuga paisajes, naturaleza en su estado más puro, deportes, buena gastronomía y relax.
Viajar a la ciudad de San Carlos de Bariloche, en plena Patagonia argentina, es estar preparado para vivir experiencias únicas, con paisajes soñados que despiertan todos los sentidos. Desde lagos transparentes y ríos de deshielo, puertos que parecen detenidos en el tiempo a la inmensidad de la Cordillera de los Andes, la cerveza artesanal más buscada y una variedad de chocolates infinita. Todo esto y mucho más es lo que encontrará el viajero que se anime a la gran aventura.
Ubicada dentro del parque nacional Nahuel Huapi, junto a la cordillera de los Andes, Bariloche fue declarada, en 2012, capital nacional del turismo de aventura y, en el 2015, capital nacional del chocolate.
Es uno de los lugares más intensos e increíbles de Argentina, con paisajes que se tiñen del color de cada temporada. El reverdecer del generoso sol del verano, el arco iris ocre de los otoños, el estallido de colores en primavera y el brillante manto blanco que cubre los inviernos.
¿Qué hacer?
Perfectamente preparada para recibir a los turistas, la ciudad ofrece un sinfín de excursiones y actividades para vivirla a pleno.
Desde julio a octubre, Bariloche es uno de los mayores atractivos turísticos del país, por su oferta de esquí, snowboard, esquí nórdico, paseos en trineo y cuatriciclos. Para los que se inician en los deportes invernales, los cerros brindan suaves pendientes y bosques. Los más experimentados podrán renovar sus desafíos en pendientes que llegan hasta los 2100 m.s.n.m y los aficionados al “fuera de pista” se sorprenderán con la variedad de opciones disponibles.
El Cerro Catedral, Piedras Blancas y Cerro Otto, que también ofrece la posibilidad de ascender con el legendario teleférico para disfrutar, en la cima, de un rico chocolate en la confitería giratoria, son los elegidos para los fanáticos del esquí.
Sin dudas, una de las excursiones más lindas y elegidas por los viajeros es la navegación por el Lago Frías y la visita al Puerto Blest y a la Cascada de los Cántaros. Aguas verdes, selva, un puerto que parece detenido en el tiempo, un alerce de más de 1500 años y la Hostería Blest, que hace honor al histórico alojamiento que allí se encontraba, y que fue recientemente reinaugurada. Es un lugar ideal para pasar la noche y descansar en medio de un entorno único. La hostería cuenta con un restaurante gourmet.
Para los que aman el turismo aventura, especialmente durante el verano, hay infinidad de alternativas. Es por eso que Bariloche ofrece actividades como parapente, vuelo en helicóptero, kayak, kitesurf, rafting, canopy, entre algunas de las opciones.
Imperdible
Para disfrutar de vistas panorámicas únicas, lo más recomendable es ascender al cerro Campanario, se puede hacer caminando -no es muy alto- o, más lindo, en aerosilla.
Desde el cerro Campanario se pueden observar los lagos Nahuel Huapi y Moreno, la laguna El Trébol, la península San Pedro, la isla Victoria, los cerros Otto, López, Goye, Bellavista, Catedral, Capilla, el hotel Llao Llao y las arboledas de Colonia Suiza.
Además, en su cumbre hay una confitería para deleitarse con la mejor repostería casera, platos del día, bebidas e infusiones, mientras se disfruta el mundo a través de un grandioso ventanal orientado hacia el oeste.
Lujo en medio de la naturaleza
Hospedarse en el impresionante Llao Llao Resort, Golf & Spa es una experiencia única, inolvidable y altamente recomendable para los viajeros.
Ubicado a 25 km del centro de la ciudad, es el hotel más exclusivo de la Patagonia argentina. Ofrece Studios y Suites con increíbles vistas hacia lagos, bosques y montañas. Una magnífica piscina indoor/outdoor, 18 hoyos de golf, un sorprendente spa y actividades para adultos y niños.
Desayunar en el enorme comedor, rodeado de inmensos ventanales con vista a los lagos y al hermoso parque es una imagen que no se borra tan fácil de la memoria, quedará grabada para siempre como una postal viva del sur argentino. Remodelado totalmente pero conservando muchos detalles de los tiempos de su inauguración -en 1940-, caminar por sus larguísimos pasillos es volver al pasado.
Sin lugar a dudas, quienes decidan elegir “el Llao Llao”, como todos lo conocen, el ala Moreno es un “must have” que no se puede pasar por alto. Las Suites con sus enormes balcones o el yacuzzi, todo tiene vistas únicas del magestuoso lago Moreno.
Disfrutar una semana en esta ciudad de ensueño sería un buen plan para adentrarse en algún sendero boscoso, navegar sus lagos, disfrutar de las montañas, tomarse un rico té en Bellevue en medio de un jardín mágico o degustar una cerveza artesanal en Cerveza Patagonia. Todo, en San Carlos de Bariloche, Patagonia argentina.
Cómo llegar
Se puede llegar en auto, en micro o en avión, una opción muy cómoda por la excelente conectividad del Aeropuerto Internacional San Carlos de Bariloche “Tte. Luis Candelaria”. Aerolíneas Argentinas, FlyBondi y JetSmart ofrecen gran cantidad de vuelos diarios, desde la Ciudad de Buenos Aires y desde otras ciudades de todo el país.