Armando de la Garza
Ribeira Grande, Isla de San Miguel – Azores – Este fin de semana, la localidad de Ribeira Grande fue testigo de una emotiva peregrinación de Cuaresma, organizada por la familia del Caballero Vicente Quiroga y la Comendadora Fátima Quiroga, quienes llevan once años promoviendo esta tradición. La Orden del Camino de Santiago, encabezada por su Canciller Alejandro Rubín Carballo, se unió a los setenta Romeiros de Vilafranca do Campo en esta significativa jornada espiritual.
Tras un almuerzo compartido, la Comendadora Fátima Quiroga sorprendió a cada uno de los peregrinos al obsequiarles con una Cruz de Santiago, símbolo de la fe y la devoción que caracteriza a los caminantes del Camino de Santiago. En un gesto que resalta la unión entre las tradiciones locales y la espiritualidad, el Mestre Carlos Vieira entregó un rosario al Canciller, haciendo referencia a la reciente proclamación de la Ermita Nossa Senhora da Paz como Santuario Diocesano.
La ceremonia continuó con la entrega de un rosario por parte de la Orden, adornado con la imagen y la Cruz de Santiago, reforzando así el vínculo entre los peregrinos y su camino hacia Santiago de Compostela. Junto al Santuario, se encuentra un monolito erigido por la Orden, que marca la distancia desde este punto hasta la emblemática Plaza del Obradoiro en Santiago, recordando a todos los presentes la importancia de la ruta que han decidido emprender.
La jornada también contó con la presencia de destacados Caballeros y Damas de la isla, entre los que se encontraban el Consejero Francisco Coelho, el Comendador Daniel Tavares, y los Caballeros Rui Carvalho e Melo y João Carlos Leite, quienes ocupan posiciones de liderazgo en los Romeiros de la Isla.
La Orden del Camino de Santiago agradece a todos los miembros presentes en esta actividad, celebrando la comunidad y el espíritu de la peregrinación. “Muito obrigados. Bom Caminho!!”, expresaron los organizadores, invitando a todos a continuar su camino con fe y esperanza.
Esta peregrinación de Cuaresma no solo resalta la importancia de la tradición, sino que también fortalece los lazos entre las comunidades y la devoción que caracteriza a los Romeiros, quienes siguen llevando adelante el legado del Camino de Santiago.
