Falta de luminarias, deficiente sistema de aire acondicionado en el área de Migración de la Terminal 1, baños en estado lamentable, agua se tiene que comprar en pipas, hundimientos del edificio, puertas de salas que han sido utilizadas como basureros, y pasillos telescópicos que tienen que ser clausurados por las filtraciones de agua.
Ese es el desolador panorama que pintan los resúmenes ejecutivos, a los que tuve acceso, de las reuniones de septiembre, octubre y noviembre pasados del Comité de Operación y Horarios del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México. En esos cónclaves, representantes de las aerolíneas preguntan una y otra vez cuándo se van a corregir los desperfectos. Las autoridades del Benito Juárez responden con evasivas.
En la reunión del 6 de octubre, por ejemplo, el representante de los gerentes del aeropuerto Terminal 2, Alejandro Contreras Campos, pide que ya no les den pretextos: “En todas las reuniones se escucha que todo está en concurso, en licitación, y la verdad es que no satisfacen las necesidades de las líneas aéreas ni de los clientes”, dice Contreras, quien remata: “son cosas no creíbles para el medio aeronáutico”.
Sobre la falta de limpieza de los baños, el subdirector de Ingeniería trata de argumentar: “tenemos mucho problema de robo de los sensores eléctricos (…) nos roban papel sanitario y sobre todo mucha gente del Peñón (colonia aledaña) baja a hacer uso como si fuera un baño público”.
Eso y más es hoy el AICM. Eso y graves fallas de seguridad, con agentes de la Procuraduría General de la República que se meten a las salas sin sujetarse a revisiones, que detienen pasajeros sin seguir los protocolos, amenazando incluso a personal de aerolíneas.
En la sesión del Comité de Operación del 3 de noviembre, el encargado de Seguridad del AICM Hugo de la Cuadra se quejó ante el representante de la PGR Sergio Alberto Martínez Cazur:
“Cuando (los agentes) ingresen por los filtros, tienen que sujetarse a las medidas de seguridad implementadas por la normatividad internacional”.
En las “incursiones que hacen, a efectos de llevar a cabo revisiones en vuelos, no solamente sensibles, sino de otra naturaleza, en donde omiten en muchas ocasiones nuevamente los procedimientos de revisión e interceptan a personas inclusive fuera de los pasillos telescópicos”.
“Nos preocupa”, sigue De la Cuadra, “sobre todo, que en ese trance de que pase mucha gente y que omiten los procedimientos, pase gente ajena, no solamente al Aeropuerto, sino a la corporación misma. (…) Yo creo que es por la seguridad de todos, que nos sometamos a ese tipo de procedimientos”.
Luego de que De la Cuadra dijera eso, en esa sesión del 3 de noviembre, el gerente de Copa Airlines tomó la palabra y denunció que han tenido casos en que agentes de la PGR llegan, “así superconfidenciales a pedir en la puerta nombres de personas, que les identifiquemos a un pasajero, o que le digamos si viaja o no viaja”.
El gerente recordó que la ley ampara que eso se pida mediante un oficio al representante legal de la compañía aérea. “El tema es que hemos tenido casos en que los agentes que van a buscar a alguien, frente al resto de pasajeros que estamos abordando, en forma bastante, (sic) amedrentando a nuestros colaboradores, a que se les entregue información, y que si no, estamos entorpeciendo una investigación. Por supuesto la gente se asusta, y a veces se entrega información que no se debe entregar”.