María Sabina, la gran Chamana
María Sabina Magdalena García nació en 1894 en un pequeño poblado del municipio de Hautla de Giménez.

En la Sierra de Oaxaca donde aún se conserva costumbre de consumir hongos alucinógenos como rito religioso. Se sabe que tenía dos ancestros chamanes en su familia y quizá por eso se dice que antes de los diez años descubre intuitivamente el uso de hongos y hierbas para fines curativos en su comunidad.

Fue entregada a los 14 años en matrimonio según la costumbre a Serapio Martínez con el que tuvo tres hijos. Viuda a los 20 años comienza su oficio de chamana.

Mediante el consumo de hongos que la conectaban con los dioses y con cantos y rezos podía ver la dolencia de su paciente.

A los 30 años suspendió su oficio al contraer matrimonio nuevamente. Debido a una regla que dice que no debe manipular hongos cuando hay actividad sexual.

Viuda de nuevo a los 43 años vuelve a retomar su oficio y donde comienza a ser conocida. Los chamanes existen en muchas culturas en el mundo, son mensajeros espirituales que a través de la ingesta de plantas que los llevan a entrar en trance, llegan a un estado que les permite interpretar los mensajes del mundo espiritual.

En 1953 el estadounidense Robert Wasson, junto a su esposa, dan a conocer al mundo los dones de María Sabina a través de un reportaje en la revista Life. Esto dio pie a un estudio que permitió ampliar conocimientos sobre la etnomicología en los rituales ancestrales. A los 91 años falleció en la misma sencillez y humildad con la que vivió, sin embargo, su obra trasciende a través reconocimiento de todos los que la conocieron por sus virtudes de chamana.