Por Armando de la Garza
Ciudad de México – Cada año, la Basílica de Guadalupe se convierte en el epicentro de una de las celebraciones más emotivas y esperadas por millones de mexicanos: el canto de las mañanitas a la Virgen de Guadalupe. millones de peregrinos han llegado desde distintos rincones del país, desafiando el cansancio y la falta de sueño, para rendir homenaje a la Madre de México.
Desde la madrugada del 11 de diciembre, la tradicional llegada de los fieles ha comenzado a tomar forma. Caminando durante horas y sin importar las inclemencias del tiempo, hombres, mujeres, niños y ancianos han recorrido largas distancias, muchos de ellos en grupos, portando banderas y vestimenta tradicional. La fe y la devoción se sienten en el aire, mientras los cantos y oraciones resuenan en cada paso hacia la icónica basílica.
La celebración, que se lleva a cabo en la víspera del Día de la Virgen, incluye la interpretación de las mañanitas, una canción que ha trascendido generaciones y que simboliza el cariño de los mexicanos hacia la Virgen del Tepeyac. Se espera que, al amanecer, miles de voces se unan en un solo canto, creando un ambiente de alegría y espiritualidad que caracteriza a este evento.
Los organizadores han tomado medidas especiales para garantizar la seguridad y el bienestar de los peregrinos, habilitando espacios para el descanso y la alimentación, así como servicios médicos en caso de emergencia. La Policía de la Ciudad de México también ha incrementado su presencia en la zona, asegurando que los fieles puedan disfrutar de la celebración en un ambiente seguro.
La llegada de estos devotos no solo es un testimonio de la profunda fe que muchos mexicanos sienten hacia la Virgen de Guadalupe, sino también una manifestación cultural que refleja la identidad y tradición de un pueblo que, cada año, se une en esta emotiva celebración. La Basílica, con su belleza y significado histórico, se convierte en el refugio espiritual donde los corazones de millones laten al unísono.
A medida que avanza la jornada, la Basílica de Guadalupe se prepara para recibir a todos los que deseen rendir homenaje a su Virgen, un símbolo de esperanza y amor que ha guiado a generaciones enteras. La celebración culminará con una misa especial, donde se espera que la comunidad se una para agradecer y pedir por la paz y el bienestar del país.
Así, un año más, la Basílica de Guadalupe se viste de gala para recibir a los fieles, quienes, con pasos firmes y corazones llenos de fe, llegan a cantarle mañanitas a la Virgen del Tepeyac.