Armando de la Garza
El próximo equinoccio de primavera, que se celebrará el 20 de marzo, promete ser un evento significativo para el turismo en México, especialmente en sus emblemáticas zonas arqueológicas. Este fenómeno astronómico, conocido también como æquinoctium —que significa “noche igual” en latín— marca el momento en que el Sol se posiciona directamente sobre el ecuador terrestre, provocando que los días y las noches tengan aproximadamente la misma duración en todo el mundo.

Durante el equinoccio, la luz solar se distribuye de manera uniforme en el planeta, lo que ha sido motivo de celebración y asombro a lo largo de la historia. En México, diversas culturas antiguas, como los mayas y los mexicas, realizaron ceremonias para honrar esta transición estacional, lo que ha llevado a una rica tradición que aún perdura.
Zonas arqueológicas como Teotihuacán, Chichén Itzá, y Monte Albán se preparan para recibir a miles de visitantes que buscan experimentar la magia de este fenómeno. En Chichén Itzá, por ejemplo, la famosa pirámide de Kukulkán se convierte en el escenario de un impresionante espectáculo de luces y sombras, donde la luz del sol crea la ilusión de una serpiente descendiendo por la estructura, un evento que atrae a turistas de todo el mundo.

“Este equinoccio no solo representa un fenómeno natural, sino que también es una oportunidad para que los turistas reconecten con la historia y la cultura de nuestras civilizaciones prehispánicas”, comentó un representante del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH). “Estamos trabajando para ofrecer actividades educativas y culturales que resalten la importancia de este fenómeno en nuestras tradiciones”.
Además de las ceremonias y eventos especiales, el equinoccio de primavera es también un momento ideal para disfrutar de la belleza natural de México, donde los turistas pueden participar en actividades al aire libre, como caminatas y observación de la flora y fauna, que florecen con la llegada de la primavera.
Con el objetivo de impulsar el turismo y promover el patrimonio cultural, se espera que el equinoccio de primavera atraiga a visitantes no solo de México, sino de varias partes del mundo, creando un puente entre el pasado y el presente, y celebrando la riqueza cultural que caracteriza al país.